NOTA:Lugares, personas y hechos que suceden en esta historia son totalmente ficticios cualquier parecido con personas y la realidad en si es pura coincidencia.
En la víspera de navidad justo al final de la de la primera mitad del ultimo semestre universitario de Ryan Jones, estaba comprando los regalos para sus primos, tíos, padres y sobre todo aquel pequeño diablo que se proclamaba su hermano menor.
Su hermano menor era fanático de los comics, videojuegos y
una música demasiado aburrida para el gusto de Ryan, algo que se hacia llamar
Rap y el tenia la vaga sensación de que todas esas canciones llamaban a sus
oyentes a tener sexo con prostitutas mientas fumas maría y te metes varias líneas de coca por la nariz.
Se encontró entrando a una vieja tienda de música en el
centro de la ciudad donde todo aquel que sabia de música y películas sabría que
esa tienda lo tenia prácticamente todo desde numeras y anticuadas películas
hasta los últimos éxitos de Guillermo del Toro un director demasiado aclamado
por su películas de ¨terror¨ que producía también había unas cuantas de Stanley
Kubrick, Quentin Tarantino y Orson Well, se empezó a sentir viejo escudriñando
aquellas películas que podrían ser mas viejas que la maquina de cocer Singer
que su madre guardaba en el pórtico y la sacaba en ocasiones y lloraba mientras
pisaba el pedal y recordaba todos los momentos que pasaron juntas.
Se alejo de los
estantes de películas y no se decidia por Snoop Dog, Jay Z o algún rapero
grosero que le enseñara a su hermanito como dañar a las personas con palabras
(patético)… El prefería escuchar la melodiosa y antigua voz de The Doors, los Beatles o aquellas sosas
canciones que solía escuchar cuando estaba triste de James Blunt(no sabia de
música y el lo sabia) pero eran los gustos de su hermano y no los criticaría a
menos que a media noche se le ocurriera ponerlos a todos volumen en su
habitación y no lo dejara dormir (que era lo que haría) entonces se mostraría en su habitación
llevándose el disco y devolviéndoselo en la mañana mientras desayunaban.
También escogió el tomo mas llamativo de Batman que vio,
sabia que su hermano odiaba a Batman mas que a Aquaman y el no lo entendía o
quizá si lo hacia pero no le interesaba en lo absoluto, el prefería a un
Cthulum o un Salem´s Lot antes que leer esos comic que embobaban a su hermano
peor que a su padre con un partido de futbol americano donde los Chicago Bears
jugaran.
Salió de la tienda y camino varias cuadras mas abajo donde
entro a un centro comercial tan excéntrico como la mayoría de su familia, las
puertas se abría hacia fuera y momentos después se encontraba maldiciendo a
esas anticuadas puertas de cristal tan trasparente que parecía que no existían
(pero existían y estaban mas duras que el acero y mas frías que un cubito de
hielo extraído del polo norte) se había estrellado contra ellas y ahora le
dolía la nariz y si no fuera por que un par de grupos de amigos tan extraños
que clasificaban como ¨Hippies¨ bien duchados y sin experiencia con la
marihuana que deseo haberles metido las risas por el culo (o un porro bien
lleno de dinamita y fumárselo directo de las orejas de uno de ellos hasta que
su cabeza quedara literalmente pegada a una de las paredes blancas del
edificio)
Entro aun con el rostro rojo de vergüenza y enojo que no se
detuvo al chocar contra un señor ya entrado en la edad de la vejez (los 40)
aunque quizá debería rondarlos sin llegar a ellos, que lo veía estupefacto y
lleno de asombro pero paso tan rápido que no reacciono y siguieron caminando
los dos por su camino (sin siquiera preocuparse por la incipiente picazón de la
piel que sintieron cuando se tocaron)
Se acerco a la primera tienda de su lista una tienda rustica
desde la entrada hasta la caja que se encontraba en el fondo donde en vez de
tener un bonito y moderno ordenador de cualquiera de las marcas mas reconocidas
tenia una caja registradora y una calculadora tan pequeña como el mouse de una
computadora y supuso que la caja no hacia operaciones, se acerco a los estantes
de madera cubierta por un liquido que las hacia brillar como si las hubieran
tallado hasta el cansancio y sus caras se reflejaban en aquella madera casi
anaranjada que sostenía perfumes (muchos de ellos imitaciones tan caras que
parecían ser de verdad solo que el precio aun no era el suficiente para ser
verdaderos perfumes de marca), había mucha pedrería barata que no sobre pasaban
los 20 dólares y una multitud de artículos extraños que no sabría describirlos
ni Fido Dostoievski con su alto manejo de la lengua y letras podría hacerlo.
Se acerco a uno de ellos, una pequeña ave hecha con de
madera sin procesar, con las hechas de ramas y la cabeza tañada sobre la
corteza sostenida por una línea tan delgada de madera que era un milagro que no
se cayera y le recordó a si tía Margarita, que era una amante de las aves y
cosas abstractas que decidió comprarlo aun cuando eso le quitaría presupuesto
para regalos que debería comprar.
Después de que le envolvieran en regalo y la cajera, una
chica tan delgada como aquellas torpes y anímicas Barbies, solo que a diferencia
de estas, la chica tenia un cabello corto por encima de los hombros y de un
rojo tan deslavado que empezaba a ponerse anaranjado, no le llamo la atención
pero aun así garabateo su numero de teléfono en la parte trasera de su recibo y
con un giño y una sonrisa coqueta la chica le dijo un ¨ llama si te sientes
abrumado ¨ y la ignoro tenia demasiado en que pensar y no agregaría a esa lista
a ese pequeño duende de la tienda de antigüedades y excentricidades LYLLY.
El centro comercial era grande y aburrido en la extensión de
la palabra, no recordaba lo aburrido y estresante que era comprar un simple
regalo para sus familiares y mas les valía regalarle un par de libros
interesantes que pudiera disfrutar en el cómodo sofá de su habitación con la
melodiosa voz de Jim Morrison acompañadas del sudor frio por el suspenso que
las historia de H. P. Lovecraft, Lord Dunsany o incluso Poe lograban hacer que
se estremeciera de miedo por sus asombrosos dotes literarios.
Ese pensamiento logro que se emocionara y una diminuta
sensación de expectación saliera por esa mente tan extraña que solo un chico de
22 años podría tener.
Acelero el paso justo después de entrar en la ultima tienda
(mas normal que todas las anteriores) donde compro un guante de beisbol que
tenia grabado en el cuero ¨Que las bolas
no se te caigan –Tío Fran¨ se rio cuando lo vio y decidió comprarlo aun
cuando su tío se lo aventaría en la cara por la connotación sexual que estaba
escrita en el, pero la gracia seria un buen compañero para aquella fría navidad
de la nueva era.
Se sentía exhausto cuando termino de comprar regalos para
toda su familia, desde su desastroso hermano hasta aquel doberman con las patas
delanteras chuecas después de que un taxi lo atropellara dos años antes, se
quedo sin dinero y sin ganas de volver a comprar demasiado regalos, reviso su
cartera y no había ni un solo cuarto de dólar, solo estaba su identificación,
su carnet de conducir, varias tarjetas de restaurantes, de representante y una
que ofrecía una hamburguesa gratis en algún puesto ambulante del centro de la
ciudad (caducada desde hace varios meses pero que no había tirado por que tenia
un tiranosaurio Rex tratando de llevarse la hamburguesa a la boca lo cual le
causaba demasiada risa cuando estaba triste) y una tarjeta de cinco viajes en
camión que solo la había usado un par de veces y no recordaba si todavía tenia
crédito para cobrar un ultimo viaje o no.
No fue hasta que salió del centro comercial que se dio
cuenta que ya era noche y era de las ultimas personas del centro comercial, sus
tiendas (la mayoría) ya estaba con la gruesa cortina de metal y las luces
apagadas, indicando que no abrirían hasta la mañana siguiente después del
veinticinco de diciembre y ni la voz de su querido y adorado presidente Bush
haría que trabajaran el día de navidad.
Cuando salió del edificio, el frio calaba hasta lo mas
profundo de su ser, su respiración salía en forma de humo que después se perdía
en la oscuridad de la noche, se froto las manos y mientras caminaba a la
central de camiones a unas cuantas manzanas del Centro comercial, observo su
sombra por debajo de la ambarina luz de los faroles y como esta la
distorsionaba de cómo era en realidad, la encogía hasta formar un charco
alrededor de su pies si estaba justo debajo de los faroles o podía alargarla
mas de tres metros, incluso llevaba a medir seis metros por delante o por
detrás todo dependía de si se acercaba al farol o acababa de pasarlo.
Se sintió observado una vez que los faroles se terminaron y
una oscuridad tan negra como el carbón lo rodeara, empezó a aborrecer la sabia
decisión de cruzar aquel callejón donde una vez que saliera de el, la parada
del autobús lo estaría esperando con su tenue luz blanca y rodeada de cristal y
a los lados carteles de películas que se acaban de estrenar o a penas se iban a
estrenar, pero la sensación de estar siendo observado desde la profundidad del
callejón lo abrumo y acelero el paso, entre mas rápido lo pasara la sensación
se iría a la misma velocidad.
Cuando ya estaba saliendo quizá le faltaban unos cinco o
seis metros para llegar al final una sombra se para al final justo en medio de
los dos edificio que formaban el callejón y se quedo ahí quieto, no entendía
como podía no ver ningún rastro en su cara o algo que lo identificara como humano,
mas que su silueta que parecía ser un hombre ya entrado en años y tan alto como los uno noventa que Ryan
media.
Ryan se quedo quieto como estatua y la sensación de escozor
en la piel, lo incomodo un poco quería moverse y lo hubiera hecho de no ser que
no podía moverse y entonces el hombre hablo y prefirió no haberlo escuchado.
–La línea del autobús 472 esta fuera de servicio y no
volverá a poner en marcha hasta la mañana del veintiséis de diciembre y por su
seguridad no tome el 316 que pasa dentro de una hora–su voz era áspera y
cargada de flemas que apenas se le entendían las palabras junto con su acento
del sur era una combinación especialmente perturbadora y se imagino que aquel
tipo era un Jack el destripador y lo asesinaría ahí en ese sucio callejón que
olía a rata muerta y humedad.
¨Tonterías¨ Pensó el 4472 pasaba cada media hora y lo dejaba
a tres cuadras de su casa mientras el 316 pasaba cada dos horas y lo dejaba
tres manzanas debajo de su casa, y el sabia que habría camiones hasta la medianoche
y apenas eran las diez.
Sus manos empezaban a tener marcas por el peso de la
cantidad enorme de peso y las agarraderas de las bolsas impedían que la sangre
circulara como se debe por sus dedos.
Se quito todas las bolsas de las manos y sintió los dedos
agarrotados por el frio y las bolsas (sobre todo por las bolsas) se sentó en la
fría y metálica banca de metal de la parada de autobús y observo como la calle
43 que cruzaba con Avenue Ground estaba prácticamente vacía salvo por los pocos vehículos que pasaban cada cierto
tiempo.
Esa calle por las tardes estaba abarrotada hasta las
banquetas de gente y carros y se sintió un tanto perturbado por la soledad que
circulaba por la calle en ese momento junto con un frio que daban ganas de
estar en su cómodo y cálido apartamento con piso de caoba y paredes de ladrillo
y granito, tomarse un café cargado y sin azúcar (por que no le gustaban las
cosas dulces) meterse dentro de su cobija con la bandera de Reino Unido
estampada en toda la enormidad de esta, ver una película que no lo dejare
dormir por varios días y que a la vez lo hiciera pensar en la trama.
Se quedo fantaseando tanto tiempo que se le paso el ultimo
472 que pasaría en la noche y que vería en su vida.
El sonido del furioso motor
del autobús alejándose lo saco de sus pensamientos y refunfuño y maldijo
en cuantos idiomas sabia (en especial en Alemán) después de varios minutos ya
no sabia si seguir insultando al camionero, a la ruta, o a el mismo por
quedarse tanto tiempo babeando por un café caliente y la estupenda película de
El Resplandor… Decidió maldecir las tres cosas al mismo tiempo.
El quería decir que nada podría ser peor que se le pasara el
camión a las nueve de la noche en una calle desolada en víspera de navidad pero
conocía demasiado bien que siempre se podía empeorar las cosas y decidió
callarse aunque sus pensamientos repetían la frase tantas veces que volvió a
refunfuñar cuando empezó a nevar y rio tontamente por que en realidad si podía
ser peor.
Se quedo como un tonto viendo como caían los copos de nieves
y se juntaban con los demás para empezar a formar una delgada alfombra de nieve
en un principio café gracias al polvo y la suciedad del suelo pero con el
tiempo y mas copos de nieves se empezaba a poner blanca.
–Disculpa–dijo un muchacho que no sobrepasaba el metro
ochenta y su edad rondaba entre los 18 y los 21 y su voz estaba teñida de duda
y un poco de vergüenza aunque también podría haber sido el frio o el
pensamiento de ser una molestia para el joven con ceño fruncido que también
esperaba el autobús.
–¿No sabes si ya paso el autobús 472 de las diez
quince?–dijo y tartamudeo el numero y su labio inferior temblaba a causa del
frio.
–Si acaba de pasar, pero iba demasiado rápido como para
decir que el conductor tuviera ganas de subir a otro par de chicos en esta
noche–dijo un tanto enojado y divertido al mismo tiempo (pero mas enojado) que
el otro chico esbozo una pequeña sonrisa aunque por la gruesa bufanda y
aquellos lente de montura gruesa pensó que había sido una alucinación.
–Vaya bueno, creo que tendré que tomar el 398 de las diez
cuarenta mientras… –se detuvo con un poco de duda ¨De seguro me preguntara que
si me puede hacer compañía¨ pensó –Te agradecería mucho si te hicieras a un
lado para poder sentarme–Dijo y soltó una pequeña risa, Ryan lo miro
desconcertado y soltando un bufido se sentó en la orilla de la pequeña banca de
metal y el chico se sentó del otro lado y se recargo en el escudo de Grifindor
de la bata de Harry Potter y se veía cansado y aburrido.
Estuvieron en silencio unos cinco minutos hasta que el otro
chico sintió la pesada mirada de Ryan en su cuerpo y se volteo para verlo con
aquellos ojos cafés que podrían jurar haberlo visto todo, menos a un joven
musculoso, tan alto como la misma parada de autobús, en unos pantalones de
mezclilla muy descolorida que no cubrían nada del frio un suéter de The Doors y
una chaqueta de color marrón sobre este, junto con unos lentes redondos como
los del horrible cartel de Harry Potter y una cara de sabihondo que no figuraba
nada con la forma de vestir y su anatomía muscular.
–Me llamo…– Se detuvo y tratando de decir si decirle su
nombre o no al final decidió no hacer– Puedes decirme Frank–dijo mientras se
acerba y extendía su mano en busca de un apretón de mano que Ryan contesto con
fuerza y rapidez.
–¿De compras por la gran ciudad, o simplemente quieres
rediseñar tu apartamento?–Pregunto ¨Frank¨ curioso y con una sonrisa ladeada,
el se sintió extraño ante el hecho de que el no preguntara su nombre.
–Creo que un poco de los dos, ya sabes las aves son
decoración extravagantemente acogedora–dijo y unas cuantas escenas del cuervo
le vinieron a la mente.
–Yo pienso que las aves son perturbadoras, con su
inteligencia, los millones y millones de aves que hay en el planeta y que son
las responsables de miles de enfermedades hacen que me den un pánico que los
escépticos dirían que estoy loco– ¨Quizá si lo estas ¨ pensó Ryan y esbozo una
sonrisa cansada.
–Es un temor demasiado extraño para un joven que tiene un
llavero de piolín sobresaliendo de su pantalón– dijo mientras señalaba el
infantil llavero de su pantalón y los dos estallaron en risas demasiado
ahogadas.
–Esta bien me atrapaste soy un amante de las aves, pero
también me dan un poco de miedo aunque no tanto como la ruta 316–dijo esto
ultimo como un susurro que apenas alcanzo a escuchar.
–¿La ruta 316? ¿Por qué te da miedo esa ruta?–Pregunto Ryan
y Frank lo vio con cara de ¨has vivido en una cueva durante toda tu vida¨ era
la segunda persona en la noche que le decía que no se subiera a ese autobús
pero era el único, aparte de la 472 que lo llevaba al conjunto de condominios
¨Pruitton¨ a las afuera de la ciudad que era donde vivía.
–Es una vieja leyenda que dice que las noches que pasa mas
tarde que todas las demás rutas de autobús de la ciudad, pasa un autobús
anaranjado, el único camión anaranjado de la ciudad, recorre la ciudad hasta la
central justo en las afuera de la ciudad y durante su recorrido cosas extrañas
les suceden a los pasajeros, muchos de los que se suben a ese camión ya no
regresan y los pocos que lo hacen aseguran haber visto el mismo infierno
durante su trayectoria por la ruta del 316 o el autobús del infierno, yo
prefiero llamarlo Dotty–dijo y Rayan se quedo callado pensando en lo que acaba
de decir Frank y mientras lo decía busco algún indicio de mentira o de risa
para saber que eso era una broma o algo por el estilo, pero como su cara
permaneció seria y le mantenía la mirada supo que no le mentía.
–¿Por qué Dotty?–Pregunto con curiosidad Ryan.
–Por que si te subes a el y ves la placa que esta en la
parte superior de la cabina dice ¨Dotty nuestra solterona muerta esta al
mando¨–dijo y cuando estaba a punto de replicar escucho el sonido inconfundible
de los motores de diesel y de seis cilindros que tenían un camión y cuando lo
vio era el 398 de las diez cuarenta llegando diez minutos antes de lo esperado,
se despidieron con un apretón de mano y ambos supieron que no se volverían a
ver.
A Ryan le quedo una sensación de pánico en la garganta y se
dijo a si mismo que, era mentira que todo lo que le dijo Frank era mentira y
pero sabia que no era cierto por mas que se negara a creerlo, aquello tenia un
poco de verdad y deseo no haberlo escuchado porque ahora le temía al camión que
pasaría en media hora.
Después de diez minutos observando la calle ahora llena de
nieve y que los carros ya no pasaban tan seguido como hace diez minutos atrás,
se acordó de que traía una edición de bolsillo de el señor de los anillos en
una de las bolsas con la decena de regalos que había comprado esa tarde, pero
lo había olvidado completamente y se fue el único regalo que se había comprado
para si mismo.
Se sintió familiarizado con el olor a libro nuevo y se sumergió
en la famosa historia de Frodo Bolsón y su ¨interminable¨ (mas bien ardua y
llena de baches) búsqueda de la destrucción del anillo, el tiempo paso volando
y se empezó a inquietar y a sudar frio aun cuando estaba haciendo un frio que
agarrotaba los dedos de los pies y hacia que los testículos de Ryan estuvieran
tan duros y pequeños que podrían ser humillantes.
La piel se le perlaba de sudor y su pelo castaño aplastado y
sin forma a causa de pasarse las manos por el pelo mientras leía también se
estaba humedeciendo a causa de una sensación de angustia y terror que cada minuto
se acercaba la hora de subir a un
autobús que dos personas le habían dicho que no se subiera, pero quien eran
ellos para decirle que hacer o no hacer, sintió su valentía alzarse por encima
del terror que le causaba el autobús 316.
Faltaban cinco minutos para las once de la noche y que el
bendito (maldito) camión 316 hiciera su aparición, ya estaba probando la cena
navideña que su madre había preparado, de seguro todo a base de carne, pensó en
el año pasado cuando, su madre preparo un pavo relleno de frutos secos bañado
en vino blanco, junto con una cantidad indigesta de pastas y puré de papas,
verduras cocidas en mantequilla, lomo ahumado relleno de chícharo, zanahoria,
papa y huevo cocido, de postre había hecho pastel de zanahoria (su favorito)
decorado con pinos y muñecos de nieve, varias charolas de galletas con forma de
hombrecitos (de jengibre) decoradas en verde y rojo y pequeños toques en negro,
que junto con jugo de uvas, vino tinto y blanco y un poco de champan fue lo que
cenaron hasta casi reventar la navidad pasada y aunque odiaba el cinismo que
tenia aquellas fechas le gustaba platicar con todos sus parientes que los
visitaban ese día y casi no veían en todo el año.
El sonido de un carro pasando rápidamente a su lado,
levantando un poco la nieve del suelo lo saco de sus recuerdos y vio el
horripilante camión naranja doblando por la calle 39 y acercándose lentamente
por la calle, como un cazador recoge a la presa muerta después de varios
disparos, se detuvo enfrente de el y abrió las puertas que se estrellaron
contra el marco de aluminio y tuvo la sensación de que irse caminando era mucho
mejor que subir a ese camión y justo encima de la cabeza del conductor (un
hombre de unos treinta cinco años, con el pelo lleno de canas y con entradas
que hacían ver su frente demasiado grande y ancha, sus ojos mostraban
impaciencia pero sus labios mostraban una sonrisa cínica y aburrida que rompió
cuando hablo.
–Vamos chico, el pavo no dura caliente toda la noche–dijo y
Ryan sintió como si le estuviera diciendo que si no subía a ese camión en ese
instante lo subiría el mismo, armándose de valor y tomando las bolsas que había
dejado debajo de donde estaba sentado se subió al autobús y las puertas se
cerraron con un chillido y un golpe amortiguado por las protecciones de
plástico que tenían en los bordes, paso la tarjeta del camión, por el lector
una cruz del lado izquierdo le negaba la tarjeta, la paso varias veces hasta
que apareció ¨Sin crédito/s suficientes¨ y el conductor lo miro con duda en sus
ojos pero sin dejar de tener esa sonrisa que lo empezaba a fastidiar.
–Chico, ¿la tarjeta tiene pases o no tiene? Si no tiene baja tu culo musculoso por esas
escaleras y camina por la ciudad a la polziga que llamas hogar–dijo un tanto
molesto y abrió las puertas del autobús con una palanca debajo del volante.
A Ryan le sudaba hasta el trasero y paso por ultima vez la
tarjeta con manos temblorosas y húmedas, esta vez se puso una palomita verde
son un sonido de piip y el sonido de
las puertas chocar entre si volviéndose a cerrar, el autobús no estaba vacío
pero tampoco estaba lleno o lo que se le puede considerar como lleno, al
principio estaba un par de ancianas que platicaban sobre como sus hijos se
ganaban la vida y sus esposas no sabían ni cocinar una hamburguesa como solo
los americanos saben, luego del lado derecho un poco mas atrás de las ancianas
había una pareja de adolescentes un tanto melosa, luego un señor que juraría
que acaba de trabajar, del lado izquierdo por la misma altura del señor estaba
una señora con un traje femenino que constaba de una falda, una camisa blanca y
un saco negro encima de esta y unas mallas demasiado delgadas que se pegan a su
piel como otra piel mucho mas tersa y oscura, después había asientos vacíos y
luego hasta el fondo estaban dos señoras embarazadas y un niño en medio de
estas que balanceaba los pies entreteniéndose viendo a los demás pasajeros.
Se sentó dos filas mas atrás del señor y puso todas las
bolsas en el asiento vacío a lado de él.
Observo las calles oscuras y cubiertas de nieve y se
pregunto cuanto espesor tendrá la nieve a la mañana siguiente y también si su
hermano escucharía aquella banda de la que ni dios había escuchado, soltó una
pequeña risita por el ultimo pensamiento y siento como el niño se le quedaba
viendo fijamente pero no le dio importancia y siguió observando las oscuras
calles por la ventana.
Vio a alguien en un callejón que le recordó a aquella sombra
que le dijo que no se subiera al autobús y desapareció en la oscuridad, quiso
bajarse para saber si era la misma persona (sombra).
Nunca en su vida había gritado tan fuerte en su vida y
sentido tantas miradas molestas dirigidas a el, en su reflejo en aquel vidrio
no muy limpio vio como el niño lo miraba y se le salían los ojos de sus cuencas
mostrando como mariposas salían de aquellos posos en su cara y luego volvió a
colocarse los ojos pero estaban al revés
y cuando volteo a verlo luego de soltar ese grito tenia los ojos normales, no
vio señales de las mariposas, pero en el cristal se podían ver como pequeñas
hojas de viola, tan pequeñas, de un color exuberante y eran hermosas, una se
paro en su hombro, la vio en el reflejo del cristal, pero cuando volteo la
cabeza para verla no estaba, sintió como sus alas le tocaban el cuello y luego
un piquete volteo a ver que era y una viuda negra del tamaño de una bola de
beisbol estaba en su hombro, como si fuera fuego, la aparto de si hombro
haciéndola volar varios asientos mas adelante cayéndole en la espalda a la
muchacha de la pareja haciéndose mimos.
–Psss– les hablo para decirles lo de la araña pero cuando
ellos voltearon la araña ya no estaba y simulo estar tarareando una canción,
pero su cara estaba roja de la vergüenza y a la vez un tanto blanca por las
alucinaciones decidió sacar a su nuevo mejor amigo J. R. R . Tolkien y empezar a leer donde se
había quedado antes de subirse al autobús.
Las calles seguían avanzando por el vidrio, el no quiso
verlas por miedo a que pudiera alucinar de nuevo y volviera a gritar como una
mujer en tiempo de rebajas en su tienda favorita, soltó otra pequeña risita por
eso pero esta vez no sintió la mirada de nadie.
Se quedo perplejo al ver que una hoja de su libro venia en
blanco y solo tenia un párrafo escrito en mitad de esta, le entro pánico, le
cambio de hoja y volvió a donde mismo para encontrar que el párrafo ya no
estaba pero sin duda el mensaje se había quedado grabado en su mente y la piel
se le erizo junto con los todos los vellos de su cuerpo.
¨Abordo del 316, las personas viajan sencillamente, de cualquier parada
a cualquier lugar, viajan felizmente, sobre la Dotty, Dotty, a donde va Dotty
lleva felicidad, lleva muerte y lleva dolor, pero sobre todo lleva felicidad,
disfruta de tu ultimo paseo en un autobús que no sea la Dotty¨
¿Frank se habrá subido a este autobús? Se pregunto en ese
momento, sabia que se le estaba olvidando algo antes de despedirse de el pero
apenas se había dado cuenta de lo estúpido que era al no preguntar si se había
subido.
Se fijo en las letras que había justo encima del parabrisas
y leyó.
¨Dotty donde un viaje es mas que suficiente T-316 #366¨
Se pregunto si se había fijado en el amarino color de los
faras que parecían espectros fantasmagóricos rompiendo la oscura tranquilidad
de la noche y se recordó observando el tan común 316 del parabrisas y los
lugares a donde se dirigía, alejo todos sus pensamientos y volvió la vista al
libro.
Varios minutos después, agradeció tener el libro enfrente de
la cara por que si no el golpe hubiera sido peor, el autobús había frenado en
seco y todos se agarraron para no estrellarse contra los tubos de metales que
estaban encima de los asientos.
–¡No llegaras a probar el pavo si no te fijas por donde
manejas!–le grito Ryan al conductor y de nuevo todos lo volvieron a ver con
cara de loco y casi grita cuando vio que tenían la boca abierta como si
hubieran visto algo sorprendente y la mandíbula les hubiera quedado en esa
posición para toda su vida.
Ahora volvió a gritar cuando de sus bocas salieron insectos,
desde moscas hasta gusanos y vio como al señor que estaba a dos filas delante
de el, caían uno de estos gusanos encima del otro par de asientos y como estos
se arrastraban por el rojo Ruby de los asientos, volteo al ver a las dos
mujeres y al niño y su boca se abrió al ver al pequeño como en el reflejo con
los ojos blanco llenos de pequeñas venas rojas, y saliéndole de la boca
mariposas y a las dos mujeres saliéndole una espesa baba blanca llena de abejas,
el sudor se escurría por la frente de Ryan hasta las mejillas pasando por sus
ojos y parecía que estaba llorando o quizá si lo estaba haciendo, cerro los
ojos y cuando los volvió a abrir todos estaban volteados en su posición de
espaldas a el, a excepción del niño y las mujeres que estaban detrás de el y
miraban por la ventana.
Las manchas de sudor debajo de sus brazos le incomodaban y
pensó que sus alucinaciones eran causadas por pasar tanto tiempo rodeado de
libros de terror y que no había probado algo de comida desde ese desastroso y
rápido huevo frito en la mañana hace doce horas, sintió ganas de vomitar.
Volvió a leer ahora con la cara amarilla por las nauseas, pero
al no poder concentrarse.
Del frente del autobús las luces rosas de neón eran
demasiado luminosas como solo el neón puede serlo, pero con un toque
fantasmagórico, amarillo y gris, todo el camión parecía brillar como un árbol
de navidad prendido en fuego, y de igual manera quitaba la esperanza, el ver
como los regalos que tendrías a solo unas horas son quemados, sin
consideración, un escalofrió recorrió su columna vertebral, no quería voltear,
por el reflejo del vidrio y la oscuridad de la calle sabia que era en pequeño.
Giro lentamente la cabeza como si su cuello fuera el eje de
un reloj y su cabeza la manecillas, sus ojos los números y el pequeño, el niño
que espera pacientemente toda la noche
por abrir sus regalos.
En ese momento deseo no haber volteado, si alguien antes de
subirse al autobús o antes de salir de casa le hubiera dicho que tomara mas en
serio la hora y no se tardara todo el día, quizá le hubiera escupido en la cara
por decirle ese tipo de cosas, ahora realmente le hubiera gustado escucharlo.
Su cabeza termino de girar y de pronto se escucho el
chirrido de las llantas, el camión dio un giro en la calle, termino por voltear
a ver al niño, trago con fuerza, su desayuno-comida reprimió un grito, era una
calavera bañada en sangre con la boca abierta parecía una puerta, que conducía
a lo mas oscuro de niño (del autobús) de si mismo, de su boca salió ¿una araña?
No era muy parecido solo que eran los dos ojos, tenían patas de arañas tan
largas como un lápiz, peludas y negras, tenían las patas negras y las pupilas
azules (negras) que se abrían y cerraban como un pez cada dos segundos
mostrando unos dientes que parecían sacados de la peor película de terror, uno
salto a su cuerpo, como una liendre lo haría, odia sentir su peso en el pecho,
no era capaz de sentir como el camión volvía a la normalidad y emprendía de
nuevo su camino.
El ojo-araña con dientes de piraña camino por su pecho, su
cuello, su barbilla, sus pómulos hasta sus ojos ¿Es que acaso no puede moverse?
Esta aterrado, era su peor miedo hecho realidad, quizá el mas superficial que
tenia, pero lo aterraba por que sabia que lo tenia.
¨Acércate, acércate el festival del horror comienza ahora, abróchate el
cinturón, colócate bien los pantalones y no intentes escapar por que esta
mierda esta apunto de terminar contigo¨
Se levanto exaltado en su asiento con el cuerpo lleno de
sudor, con un poco de ¿saliva? No, vomito en su camisa, el sonido seguía
retumbando en su cabeza como si se hubiera quedado grabado para siempre en sus
oídos parecían trompetas y campanadas al mismo tiempo, era aterrador y sintió
el peso y las patas de algo en su nuca, llevo sus manos a la nuca y sintió como
una sensación de deja vú lo zarandeara, tomo al animal en su mano y este le
mordió, entro en pánico podía sentir su cara blanca como el papel y antes de
abrir la mano volteo a donde estaba el niño pero ya no estaba en ese lugar ni
en el camión, suspiro y abrió la mano.
Nada, no había sido nada, ¿cómo era posible? Había sentido
como algo lo mordía en la mano, no le dio mas importancia y le hecho la culpa
al hambre y las nauseas, regreso a su
libro, pero este estaba debajo del asiento de la fila delantera ¿Cómo había
llegado ahí? Se pregunto mientras se agachaba a recogerlo, tomo el libro y
cuando volvió su vista estaba el niño sentado a su lado, grito y estaba seguro
que su grito lo debio de haber escuchado hasta el camionera que traía orejeras,
pero sin embargo nadie volteo a verlo y cuando se fijo de vuelta en el asiento
no estaba, el pánico lo invadio.
–¡ES SUFICIENTE!–grito, no se detuvo por sus cosas quería
bajarse del autobus y nunca jamás volver a verlo, se levanto de su asiento,
estaba justo delante de la puerta trasera, así que no era mucho problema, pero
la puerta solo era un dibujo, el timbre una ilusión y su pánico totalmente
real.
¨Acércate un poco mas bomboncito, la Dotty te susurra como terminar con
todo esto¨
la voz resonaba en su cabeza, una y otra vez (Dotty, Dotty, Dotty,
¡DOTTY!) como si se acercara, como si cuando llegara a su destino todo llegaría
a su final, incluso su vida o eso creía.
Todos los pasajeros se levantaron, como impulsados por un
resorte en los asientos y hablaron al mismo tiempo, como la multitud enardecida
que busca explicaciones, su voz era la misma, potenciada por todas las personas
(8 personas) su voz era gruesa, como si todos ellos estuvieran tragando papel y
una de aquellas bolas se le quedara en la garganta.
–En un principio todo era rosa, rosa y morado, las
fosforescencia abarcaba el todo–todos levantaron las manos al techo o quizá a
la luz rosa fosforescente (Realmente nadie lo sabe)como si estuvieran alabando
a la nada o quizá al todo.
–La maquina fue dotada de esta luz (nuestra luz), cerniéndose
sobre las cabezas de las personas, esperando, matando de poco a poco y soltando
sus cadáveres en las calles como si fueran bolsa de basura y realmente lo son,
todos ellos (humanos) son basura–soltaron una carcajada como si fuera un robot
(JA.JA.JA.JA.JA.KA)–¡AHORA TU TAMBOEN TE UNIRAS A ESTE BAILE DE MIERDA¡–Todos
volvieron a sentarse, pero su corazón enardecido de miedo y pánico seguía
latiendo como loco en su pecho, esta que se salía, hasta podía ser un ataque al
corazón y corrió, por el pasillo.
Corrió, ¿Por su vida? ¿Por su libertad? ¡Por su cordura! Por
todo lo que conocía y sabia, corrió hasta la puerta de adelante, el miedo se
acrecentó, el chofer no estaba, nunca estuvo, ¿Quién era la persona que le
observaba pasar la tarjeta una y otra vez? Se acordaba que otra persona entro
después que él pero cuando lo busco con la mirada no había nadie, que no
hubiera visto una vez que él subió.
El volante se movía, como loco, lleno de furia e
inteligencia, los pedales del freno y velocidad, subían y bajaban cuando debían
hacerlo, la maquina se controlaba sola, ¿Quizá todo fuera un experimento del
gobierno? Ellos tenían planes para hacer un mecanismo que los autos se manejen
solo ¿Pero los noventa, era demasiado pronto para tener esa tecnología.
¨Bien pensando,
bomboncito pero estas equivocado, no soy ninguna maquina de tu gobierno soy la
maquina del infierno, recolecto las almas de la basura que sube a mi estomago,
estoy hecha del acero mas maldito que puedas ver en tu vida, soy el demonio que
controla a los humanos, controlo, la vida y ahora que estoy viva ¡NADIE PUEDE
PARARME!¨
LA voz dentro de su cabeza, se estaba regocijando de que se
estaba volviendo loco, pero ¿Cómo no volverse loco, en ese autobús? (¿Dotty?)
intento conversar con ella, con la maquina o la voz de su cabeza quizá era lo
mismo, pero no contesto a ninguna de sus preguntas o a su hola, llenas de miedo
y enojo.
–Eres una maquina grosera, pero eso ya lo sabes, por que
estas hecha del mas asqueroso metal barato que la tierra produce, eres tan poca
cosa que tu precio es de cincuenta centavos, no tienes otra que hacer mas que
llevar humanos, ellos te crearon y ellos te dieron la inteligencia con la que
tu tanto aplastas a tus bolsas de basura humanas, pero no seré el siguiente en
ser tritura por tu estúpida venganza o diversión sanguinaria de eso–Su voz al
principio salió un torpe, llena de miedo y estupidez, por que todo lo que dijo
era estúpido por dios le estaba hablando a una jodida maquina que bien y podría
ser que el se estaba volviendo loco, tan loco como tía abuela Kristine, que
decía que las cosas le hablaban, que nos querían matar, y que lo harian solo
faltaba la ¨Luz¨ que les diera vida.
De esa manera su familia de su tía Kristine, por que una vez
que una manzana se pudre mas de la cuenta, su olor putrefacto es como la onda
de una bomba, y toda esa locura podía haber dejado mella en la familia y quedar
toda loca (O mas cuerda que antes).
Pero así como el aire llega a tus pulmones, la onda
expansiva de locura llega a tu mente, otras personas quitan el gancho de la
granada y se deja llevar por sus intentos suicidas para explotar cerca de donde
están mas personas ¿Por qué irse solos, si te puede llevar a decenas? Todo cambia dependiendo de tu visión pero
ahora Ryan, estaba sintiendo como toda su cordura y la locura y el pánico
reinaban su cabeza.
Las personas volvieron a levantarse, pero esta vez no se
quedaron parados como estatuas parlantes clavados en el suelo, no esta vez
caminaron, se acercaron a Rick, y otra vez el sonido de la trompeta-campana
sonó en su cabeza, tal vez no era una trompeta, o una campana era el sonido de
sus neuronas tratando de analizar todo eso y al no poder se están muriendo con
ese sonido, por que es lo único que mas sentido tiene en su cabeza.
Pero hay algo que no esta viendo, que faltaba cuando sonó
por primera vez (Piénsalo chico o tu culo quedara sentado en la misma posición
hasta quedar en los huesos, y eso no es nada bueno), lo pensó, pero no se le
ocurría nada, ¿que faltaba?, ¿que había cambiado?, ¿que no estaba?, el chico,
no estaba el chico una vez que se levanto con el sonido, aunque después lo haya
visto en una alucinación y ahora también había desaparecido otro pasajero ¿a
dónde se iban? Y la velocidad del autobús parecía bajar.
Todo era tan extraño, cada pregunta que aprecia en su mente,
desaparecía con una respuesta que no podía procesar del todo y dos preguntas
mas aprecian, su mente humana estaba tomando las maletas, pagando el ultimo
alquiler de su cabeza y tomando un camión directo a la locura ¨No me pagan lo
suficiente para hacer esto¨ aunque el no sabia que le pagaba.
Las personas se acercaban y una de ellas lo toco y el sonido
de nuevo sonó y la persona desapareció, no, no desapareció se había hecho
polvo, por que eso es lo que era desde hace demasiado tiempo, era como una
paradoja, si dejas el cuerpo de alguien en un lugar que es capaz de mantener
con vida (moviéndose) el cuerpo tardara mas en pudrirse o quizá nunca lo haga,
el camión también estaba muy bien equipado con inteligencia capaz de producir
alucinaciones, efectos para salir de la realidad, quizá la puerta no estaba
dibujada pero si cerrada, todas las preguntas se fueron cerrando una a una.
No era un experimento del gobierno, era un experimento
humano-demonio por que solo algo que esta hecho de una paradoja, solo puede ser
creado por una combinación igual de grande que la paradoja, que no solo
mantenía vivos los cuerpos, los movía, los hacia hablar como si estuvieran
poseídos, pero es que si estaban poseídos y solo el toque de algo que fuera lo
bastante significativo para romper la paradoja podría terminar con los cuerpos
que la alimentan.
Se había dado cuenta de cómo aquella persona o alucinación
lo había tocado, y se había un montón de polvo amarillento oscuro, color que
solo los huesos viejos y triturados pueden tener, como la bilis que se pega en
el suelo y se seca hasta desaparecer, el polvo de huesos, se movía por su
cuenta hasta el fondo del autobús, y en el camino se quedaba pegado en las
paredes de aluminio, que estaban llenas del mismo polvo, llevaba demasiado
tiempo matando gente, gente que no sabia que era todo aquello, que no sabia lo
suficiente como para entenderlo pero el no seria de esas personas.
Pero no puedes esperar, ser la orna del zapato de una
maquina que lleva demasiado tiempo andando, que tiene el poder de una paradoja,
que no teme llevarse a los niños, mujeres embarazadas o ancianos, Es como
tratar de comerte un zapato cuando eres una hormiga, sin compañía muy poco
puedes hacer.
Empezó a tocar a las personas y el sonido se hacia mas
grande y mas fuerte cada vez que tocaba a una, eran los gritos de la maquina
ensordecedores, lastimosos, moribundos, su vida realmente había encontrado a la
hormiga que pudo comerse el zapato.
Después de tocar a la ultima persona, la puerta trasera se
abrió, como si lo hubiera estado esperando desde hace demasiado tiempo, como si
supiera que el seria el primero en escapar, pero ¿no podía terminar todo tan
fácil? O tal vez si, no le importaba corrió, casi con los mocos y las lagrimas
de fuera lleno de felicidad desbordante que un corazón libre puede otorgar, que
solo un corazón con verdaderas ganas (motivos) de vivir puede latir y mostrar
tanta felicidad por hacerlo.
¨Kristine fue igual de estúpida que tu, creen haber derrotado a la
maquina solo por su inteligencia superior a los bastardos que sube a mi no, se
equivocan soy superior, soy la bastarda maquina de dios y nos volveremos a ver
de nuevo y esta vez nunca saldrás¨
Salió por la puerta enardecido de felicidad y un poco de
miedo, estaba a solo dos calles de su casa y las corrió, las corrió con su
corazón lleno de felicidad y confusión, pero corrió y corrió, vio la casa de la
señora Mcallister, de los Gordon, de los Princeton, de los Sharders, todos
ellos que eran sus vecinos y nunca estuvo mas feliz de ver los espantosos
rosales que su madre había colocado meses antes, o el horrible perro de la
señora Chambers, y que dios lo maldiga por estar feliz de ver a su tonto y
torpe hermano menor.
Cruzo el umbral con el corazón en la garganta, la
respiración agitada, su pelo despeinado, su mano alcanzo el pomo, lo giro con
rapidez, abrió la puerta aventándola y esta choco contra la pared, pero no se
percato del sonido metálico que la puerta hizo al chocar contra la pared, se
adentro casi de un brinco dentro de su casa y entonces la puerta se cerro, con
un sonido sordo, volteo a ver la puerta que se había cerrado sola, pero era la
puerta del camión, no quiso girarse, tuvo miedo, podía sentir a las personas
detrás de él, trago saliva y escucho de nuevo la voz
¨Nadie escapa de la Dotty, ni tu ni Kristine, ni ninguna bolsa de
mierda, que se hacen llamar humanos, por que soy la Dotty y solo un viaje es
mas que suficiente¨
Se imagino la voz riendo de su estupidez por creer que
estaba libre, por correr en sus sueños, disfrutando de la desilusión y su miedo
y claro también de lo estúpido que había sido por creer que había escapado, se
volteo lentamente, esta vez no había solo un puñado de personas, esta vez eran
decenas, todas arremolinadas enfrente de la puerta con las manos alzadas al
techo, como rogando, rogando para poder matarlo con el consentimiento del poder
superior, vio a su tía en el camión con las manos alzadas, vio al chico con su
ojo-araña en la boca, vio a la pareja, al constructor, un montón de personas
que no había visto antes, todos ellos se acercaron a el, tomaron su cabeza como
si fuera un huevo y lo estrellaron contra el cristal de la puerta del autobús
rompiéndolo, destruyendo su cabeza por completo.
La noche era lluviosa y fría, habían pasado días de los
accidentes de Ryan, el camión siguió su camino, consumiendo su esencia poco a
poco, volviéndolo huesos para después convertirlo en huesos, quizá estaba
muerto, pero no lo sentía, era como estar nadando en un rio, cubierto por
maleza, lleno de flores negras que absorben la luz blanca que emana del cielo,
era demasiado pacifico y oscuro estar muerto.
Las puertas se abrieron y entro otra persona, el quiso,
advertirle que corriera, que escapara y volviera a bajar, pero no lo hizo, no
podía.
¨Mi vida no puede ser mas afortunada¨
La voz exclamo llena de felicidad y euforia, como el niño
que acaba de recibir una consola de videojuegos o su deseo mas profundo,
levanto la mirada o quizá fue la maquina quien le hizo levantar la vista y le
aterro lo que vio, era mentira, todo era un sueño, una horrible pesadilla de la
cual se levantaría, pero no era cierto aquel pensamiento, todo estaba pasando y
el estaba viendo a su hermano revisando los asientos rápidamente con su vista,
localizando donde sentarse, lo vio, sus ojos vieron la sorpresa de su hermano y
el menor vio el miedo del mayor y este simplemente lo ignoro igual ya estaba
muerto.
¨La Dotty, por que solo un viaje
es suficiente… para matarte a ti y a todos que tengan el valor enfrentarse a su
malvado interior¨
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