viernes, 6 de mayo de 2016

ABORDO DEL 316


NOTA:Lugares, personas y hechos que suceden en esta historia son totalmente ficticios cualquier parecido con personas y la realidad en si es pura coincidencia.

En la víspera de navidad justo al final de la de la primera mitad del ultimo semestre universitario de Ryan Jones, estaba comprando los regalos para sus primos, tíos, padres y sobre todo aquel pequeño diablo que se proclamaba su hermano menor.

Su hermano menor era fanático de los comics, videojuegos y una música demasiado aburrida para el gusto de Ryan, algo que se hacia llamar Rap y el tenia la vaga sensación de que todas esas canciones llamaban a sus oyentes a tener sexo con prostitutas mientas fumas maría y te metes varias líneas de coca por la nariz.

Se encontró entrando a una vieja tienda de música en el centro de la ciudad donde todo aquel que sabia de música y películas sabría que esa tienda lo tenia prácticamente todo desde numeras y anticuadas películas hasta los últimos éxitos de Guillermo del Toro un director demasiado aclamado por su películas de ¨terror¨ que producía también había unas cuantas de Stanley Kubrick, Quentin Tarantino y Orson Well, se empezó a sentir viejo escudriñando aquellas películas que podrían ser mas viejas que la maquina de cocer Singer que su madre guardaba en el pórtico y la sacaba en ocasiones y lloraba mientras pisaba el pedal y recordaba todos los momentos que pasaron juntas.

 Se alejo de los estantes de películas y no se decidia por Snoop Dog, Jay Z o algún rapero grosero que le enseñara a su hermanito como dañar a las personas con palabras (patético)… El prefería escuchar la melodiosa y antigua voz  de The Doors, los Beatles o aquellas sosas canciones que solía escuchar cuando estaba triste de James Blunt(no sabia de música y el lo sabia) pero eran los gustos de su hermano y no los criticaría a menos que a media noche se le ocurriera ponerlos a todos volumen en su habitación y no lo dejara dormir (que era lo que haría)  entonces se mostraría en su habitación llevándose el disco y devolviéndoselo en la mañana mientras desayunaban.

También escogió el tomo mas llamativo de Batman que vio, sabia que su hermano odiaba a Batman mas que a Aquaman y el no lo entendía o quizá si lo hacia pero no le interesaba en lo absoluto, el prefería a un Cthulum o un Salem´s Lot antes que leer esos comic que embobaban a su hermano peor que a su padre con un partido de futbol americano donde los Chicago Bears jugaran.

Salió de la tienda y camino varias cuadras mas abajo donde entro a un centro comercial tan excéntrico como la mayoría de su familia, las puertas se abría hacia fuera y momentos después se encontraba maldiciendo a esas anticuadas puertas de cristal tan trasparente que parecía que no existían (pero existían y estaban mas duras que el acero y mas frías que un cubito de hielo extraído del polo norte) se había estrellado contra ellas y ahora le dolía la nariz y si no fuera por que un par de grupos de amigos tan extraños que clasificaban como ¨Hippies¨ bien duchados y sin experiencia con la marihuana que deseo haberles metido las risas por el culo (o un porro bien lleno de dinamita y fumárselo directo de las orejas de uno de ellos hasta que su cabeza quedara literalmente pegada a una de las paredes blancas del edificio)

Entro aun con el rostro rojo de vergüenza y enojo que no se detuvo al chocar contra un señor ya entrado en la edad de la vejez (los 40) aunque quizá debería rondarlos sin llegar a ellos, que lo veía estupefacto y lleno de asombro pero paso tan rápido que no reacciono y siguieron caminando los dos por su camino (sin siquiera preocuparse por la incipiente picazón de la piel que sintieron cuando se tocaron)

Se acerco a la primera tienda de su lista una tienda rustica desde la entrada hasta la caja que se encontraba en el fondo donde en vez de tener un bonito y moderno ordenador de cualquiera de las marcas mas reconocidas tenia una caja registradora y una calculadora tan pequeña como el mouse de una computadora y supuso que la caja no hacia operaciones, se acerco a los estantes de madera cubierta por un liquido que las hacia brillar como si las hubieran tallado hasta el cansancio y sus caras se reflejaban en aquella madera casi anaranjada que sostenía perfumes (muchos de ellos imitaciones tan caras que parecían ser de verdad solo que el precio aun no era el suficiente para ser verdaderos perfumes de marca), había mucha pedrería barata que no sobre pasaban los 20 dólares y una multitud de artículos extraños que no sabría describirlos ni Fido Dostoievski con su alto manejo de la lengua y letras podría hacerlo.

Se acerco a uno de ellos, una pequeña ave hecha con de madera sin procesar, con las hechas de ramas y la cabeza tañada sobre la corteza sostenida por una línea tan delgada de madera que era un milagro que no se cayera y le recordó a si tía Margarita, que era una amante de las aves y cosas abstractas que decidió comprarlo aun cuando eso le quitaría presupuesto para regalos que debería comprar.

Después de que le envolvieran en regalo y la cajera, una chica tan delgada como aquellas torpes y anímicas Barbies, solo que a diferencia de estas, la chica tenia un cabello corto por encima de los hombros y de un rojo tan deslavado que empezaba a ponerse anaranjado, no le llamo la atención pero aun así garabateo su numero de teléfono en la parte trasera de su recibo y con un giño y una sonrisa coqueta la chica le dijo un ¨ llama si te sientes abrumado ¨ y la ignoro tenia demasiado en que pensar y no agregaría a esa lista a ese pequeño duende de la tienda de antigüedades y excentricidades LYLLY.

El centro comercial era grande y aburrido en la extensión de la palabra, no recordaba lo aburrido y estresante que era comprar un simple regalo para sus familiares y mas les valía regalarle un par de libros interesantes que pudiera disfrutar en el cómodo sofá de su habitación con la melodiosa voz de Jim Morrison acompañadas del sudor frio por el suspenso que las historia de H. P. Lovecraft, Lord Dunsany o incluso Poe lograban hacer que se estremeciera de miedo por sus asombrosos dotes literarios.

Ese pensamiento logro que se emocionara y una diminuta sensación de expectación saliera por esa mente tan extraña que solo un chico de 22 años podría tener.

Acelero el paso justo después de entrar en la ultima tienda (mas normal que todas las anteriores) donde compro un guante de beisbol que tenia grabado en el cuero ¨Que las bolas no se te caigan –Tío Fran¨ se rio cuando lo vio y decidió comprarlo aun cuando su tío se lo aventaría en la cara por la connotación sexual que estaba escrita en el, pero la gracia seria un buen compañero para aquella fría navidad de la nueva era.

Se sentía exhausto cuando termino de comprar regalos para toda su familia, desde su desastroso hermano hasta aquel doberman con las patas delanteras chuecas después de que un taxi lo atropellara dos años antes, se quedo sin dinero y sin ganas de volver a comprar demasiado regalos, reviso su cartera y no había ni un solo cuarto de dólar, solo estaba su identificación, su carnet de conducir, varias tarjetas de restaurantes, de representante y una que ofrecía una hamburguesa gratis en algún puesto ambulante del centro de la ciudad (caducada desde hace varios meses pero que no había tirado por que tenia un tiranosaurio Rex tratando de llevarse la hamburguesa a la boca lo cual le causaba demasiada risa cuando estaba triste) y una tarjeta de cinco viajes en camión que solo la había usado un par de veces y no recordaba si todavía tenia crédito para cobrar un ultimo viaje o no.

No fue hasta que salió del centro comercial que se dio cuenta que ya era noche y era de las ultimas personas del centro comercial, sus tiendas (la mayoría) ya estaba con la gruesa cortina de metal y las luces apagadas, indicando que no abrirían hasta la mañana siguiente después del veinticinco de diciembre y ni la voz de su querido y adorado presidente Bush haría que trabajaran el día de navidad.

Cuando salió del edificio, el frio calaba hasta lo mas profundo de su ser, su respiración salía en forma de humo que después se perdía en la oscuridad de la noche, se froto las manos y mientras caminaba a la central de camiones a unas cuantas manzanas del Centro comercial, observo su sombra por debajo de la ambarina luz de los faroles y como esta la distorsionaba de cómo era en realidad, la encogía hasta formar un charco alrededor de su pies si estaba justo debajo de los faroles o podía alargarla mas de tres metros, incluso llevaba a medir seis metros por delante o por detrás todo dependía de si se acercaba al farol o acababa de pasarlo.

Se sintió observado una vez que los faroles se terminaron y una oscuridad tan negra como el carbón lo rodeara, empezó a aborrecer la sabia decisión de cruzar aquel callejón donde una vez que saliera de el, la parada del autobús lo estaría esperando con su tenue luz blanca y rodeada de cristal y a los lados carteles de películas que se acaban de estrenar o a penas se iban a estrenar, pero la sensación de estar siendo observado desde la profundidad del callejón lo abrumo y acelero el paso, entre mas rápido lo pasara la sensación se iría a la misma velocidad.

Cuando ya estaba saliendo quizá le faltaban unos cinco o seis metros para llegar al final una sombra se para al final justo en medio de los dos edificio que formaban el callejón y se quedo ahí quieto, no entendía como podía no ver ningún rastro en su cara o algo que lo identificara como humano, mas que su silueta que parecía ser un hombre ya entrado en años  y tan alto como los uno noventa que Ryan media.

Ryan se quedo quieto como estatua y la sensación de escozor en la piel, lo incomodo un poco quería moverse y lo hubiera hecho de no ser que no podía moverse y entonces el hombre hablo y prefirió no haberlo escuchado.

–La línea del autobús 472 esta fuera de servicio y no volverá a poner en marcha hasta la mañana del veintiséis de diciembre y por su seguridad no tome el 316 que pasa dentro de una hora–su voz era áspera y cargada de flemas que apenas se le entendían las palabras junto con su acento del sur era una combinación especialmente perturbadora y se imagino que aquel tipo era un Jack el destripador y lo asesinaría ahí en ese sucio callejón que olía a rata muerta y humedad.

¨Tonterías¨ Pensó el 4472 pasaba cada media hora y lo dejaba a tres cuadras de su casa mientras el 316 pasaba cada dos horas y lo dejaba tres manzanas debajo de su casa, y el sabia que habría camiones hasta la medianoche y apenas eran las diez.

Sus manos empezaban a tener marcas por el peso de la cantidad enorme de peso y las agarraderas de las bolsas impedían que la sangre circulara como se debe por sus dedos.

Se quito todas las bolsas de las manos y sintió los dedos agarrotados por el frio y las bolsas (sobre todo por las bolsas) se sentó en la fría y metálica banca de metal de la parada de autobús y observo como la calle 43 que cruzaba con Avenue Ground estaba prácticamente vacía salvo por los  pocos vehículos que pasaban cada cierto tiempo.

Esa calle por las tardes estaba abarrotada hasta las banquetas de gente y carros y se sintió un tanto perturbado por la soledad que circulaba por la calle en ese momento junto con un frio que daban ganas de estar en su cómodo y cálido apartamento con piso de caoba y paredes de ladrillo y granito, tomarse un café cargado y sin azúcar (por que no le gustaban las cosas dulces) meterse dentro de su cobija con la bandera de Reino Unido estampada en toda la enormidad de esta, ver una película que no lo dejare dormir por varios días y que a la vez lo hiciera pensar en la trama.

Se quedo fantaseando tanto tiempo que se le paso el ultimo 472 que pasaría en la noche y que vería en su vida.

El sonido del furioso motor  del autobús alejándose lo saco de sus pensamientos y refunfuño y maldijo en cuantos idiomas sabia (en especial en Alemán) después de varios minutos ya no sabia si seguir insultando al camionero, a la ruta, o a el mismo por quedarse tanto tiempo babeando por un café caliente y la estupenda película de El Resplandor… Decidió maldecir las tres cosas al mismo tiempo.

El quería decir que nada podría ser peor que se le pasara el camión a las nueve de la noche en una calle desolada en víspera de navidad pero conocía demasiado bien que siempre se podía empeorar las cosas y decidió callarse aunque sus pensamientos repetían la frase tantas veces que volvió a refunfuñar cuando empezó a nevar y rio tontamente por que en realidad si podía ser peor.

Se quedo como un tonto viendo como caían los copos de nieves y se juntaban con los demás para empezar a formar una delgada alfombra de nieve en un principio café gracias al polvo y la suciedad del suelo pero con el tiempo y mas copos de nieves se empezaba a poner blanca.

–Disculpa–dijo un muchacho que no sobrepasaba el metro ochenta y su edad rondaba entre los 18 y los 21 y su voz estaba teñida de duda y un poco de vergüenza aunque también podría haber sido el frio o el pensamiento de ser una molestia para el joven con ceño fruncido que también esperaba el autobús.

–¿No sabes si ya paso el autobús 472 de las diez quince?–dijo y tartamudeo el numero y su labio inferior temblaba a causa del frio.

–Si acaba de pasar, pero iba demasiado rápido como para decir que el conductor tuviera ganas de subir a otro par de chicos en esta noche–dijo un tanto enojado y divertido al mismo tiempo (pero mas enojado) que el otro chico esbozo una pequeña sonrisa aunque por la gruesa bufanda y aquellos lente de montura gruesa pensó que había sido una alucinación.

–Vaya bueno, creo que tendré que tomar el 398 de las diez cuarenta mientras… –se detuvo con un poco de duda ¨De seguro me preguntara que si me puede hacer compañía¨ pensó –Te agradecería mucho si te hicieras a un lado para poder sentarme–Dijo y soltó una pequeña risa, Ryan lo miro desconcertado y soltando un bufido se sentó en la orilla de la pequeña banca de metal y el chico se sentó del otro lado y se recargo en el escudo de Grifindor de la bata de Harry Potter y se veía cansado y aburrido.

Estuvieron en silencio unos cinco minutos hasta que el otro chico sintió la pesada mirada de Ryan en su cuerpo y se volteo para verlo con aquellos ojos cafés que podrían jurar haberlo visto todo, menos a un joven musculoso, tan alto como la misma parada de autobús, en unos pantalones de mezclilla muy descolorida que no cubrían nada del frio un suéter de The Doors y una chaqueta de color marrón sobre este, junto con unos lentes redondos como los del horrible cartel de Harry Potter y una cara de sabihondo que no figuraba nada con la forma de vestir y su anatomía muscular.

–Me llamo…– Se detuvo y tratando de decir si decirle su nombre o no al final decidió no hacer– Puedes decirme Frank–dijo mientras se acerba y extendía su mano en busca de un apretón de mano que Ryan contesto con fuerza y rapidez.

–¿De compras por la gran ciudad, o simplemente quieres rediseñar tu apartamento?–Pregunto ¨Frank¨ curioso y con una sonrisa ladeada, el se sintió extraño ante el hecho de que el no preguntara su nombre.

–Creo que un poco de los dos, ya sabes las aves son decoración extravagantemente acogedora–dijo y unas cuantas escenas del cuervo le vinieron a la mente.
–Yo pienso que las aves son perturbadoras, con su inteligencia, los millones y millones de aves que hay en el planeta y que son las responsables de miles de enfermedades hacen que me den un pánico que los escépticos dirían que estoy loco– ¨Quizá si lo estas ¨ pensó Ryan y esbozo una sonrisa cansada.

–Es un temor demasiado extraño para un joven que tiene un llavero de piolín sobresaliendo de su pantalón– dijo mientras señalaba el infantil llavero de su pantalón y los dos estallaron en risas demasiado ahogadas.

–Esta bien me atrapaste soy un amante de las aves, pero también me dan un poco de miedo aunque no tanto como la ruta 316–dijo esto ultimo como un susurro que apenas alcanzo a escuchar.

–¿La ruta 316? ¿Por qué te da miedo esa ruta?–Pregunto Ryan y Frank lo vio con cara de ¨has vivido en una cueva durante toda tu vida¨ era la segunda persona en la noche que le decía que no se subiera a ese autobús pero era el único, aparte de la 472 que lo llevaba al conjunto de condominios ¨Pruitton¨ a las afuera de la ciudad que era donde vivía.

–Es una vieja leyenda que dice que las noches que pasa mas tarde que todas las demás rutas de autobús de la ciudad, pasa un autobús anaranjado, el único camión anaranjado de la ciudad, recorre la ciudad hasta la central justo en las afuera de la ciudad y durante su recorrido cosas extrañas les suceden a los pasajeros, muchos de los que se suben a ese camión ya no regresan y los pocos que lo hacen aseguran haber visto el mismo infierno durante su trayectoria por la ruta del 316 o el autobús del infierno, yo prefiero llamarlo Dotty–dijo y Rayan se quedo callado pensando en lo que acaba de decir Frank y mientras lo decía busco algún indicio de mentira o de risa para saber que eso era una broma o algo por el estilo, pero como su cara permaneció seria y le mantenía la mirada supo que no le mentía.

–¿Por qué Dotty?–Pregunto con curiosidad Ryan.

–Por que si te subes a el y ves la placa que esta en la parte superior de la cabina dice ¨Dotty nuestra solterona muerta esta al mando¨–dijo y cuando estaba a punto de replicar escucho el sonido inconfundible de los motores de diesel y de seis cilindros que tenían un camión y cuando lo vio era el 398 de las diez cuarenta llegando diez minutos antes de lo esperado, se despidieron con un apretón de mano y ambos supieron que no se volverían a ver.

A Ryan le quedo una sensación de pánico en la garganta y se dijo a si mismo que, era mentira que todo lo que le dijo Frank era mentira y pero sabia que no era cierto por mas que se negara a creerlo, aquello tenia un poco de verdad y deseo no haberlo escuchado porque ahora le temía al camión que pasaría en media hora.

Después de diez minutos observando la calle ahora llena de nieve y que los carros ya no pasaban tan seguido como hace diez minutos atrás, se acordó de que traía una edición de bolsillo de el señor de los anillos en una de las bolsas con la decena de regalos que había comprado esa tarde, pero lo había olvidado completamente y se fue el único regalo que se había comprado para si mismo.

Se sintió familiarizado con el olor a libro nuevo y se sumergió en la famosa historia de Frodo Bolsón y su ¨interminable¨ (mas bien ardua y llena de baches) búsqueda de la destrucción del anillo, el tiempo paso volando y se empezó a inquietar y a sudar frio aun cuando estaba haciendo un frio que agarrotaba los dedos de los pies y hacia que los testículos de Ryan estuvieran tan duros y pequeños que podrían ser humillantes.

La piel se le perlaba de sudor y su pelo castaño aplastado y sin forma a causa de pasarse las manos por el pelo mientras leía también se estaba humedeciendo a causa de una sensación de angustia y terror que cada minuto se  acercaba la hora de subir a un autobús que dos personas le habían dicho que no se subiera, pero quien eran ellos para decirle que hacer o no hacer, sintió su valentía alzarse por encima del terror que le causaba el autobús 316.

Faltaban cinco minutos para las once de la noche y que el bendito (maldito) camión 316 hiciera su aparición, ya estaba probando la cena navideña que su madre había preparado, de seguro todo a base de carne, pensó en el año pasado cuando, su madre preparo un pavo relleno de frutos secos bañado en vino blanco, junto con una cantidad indigesta de pastas y puré de papas, verduras cocidas en mantequilla, lomo ahumado relleno de chícharo, zanahoria, papa y huevo cocido, de postre había hecho pastel de zanahoria (su favorito) decorado con pinos y muñecos de nieve, varias charolas de galletas con forma de hombrecitos (de jengibre) decoradas en verde y rojo y pequeños toques en negro, que junto con jugo de uvas, vino tinto y blanco y un poco de champan fue lo que cenaron hasta casi reventar la navidad pasada y aunque odiaba el cinismo que tenia aquellas fechas le gustaba platicar con todos sus parientes que los visitaban ese día y casi no veían en todo el año.

El sonido de un carro pasando rápidamente a su lado, levantando un poco la nieve del suelo lo saco de sus recuerdos y vio el horripilante camión naranja doblando por la calle 39 y acercándose lentamente por la calle, como un cazador recoge a la presa muerta después de varios disparos, se detuvo enfrente de el y abrió las puertas que se estrellaron contra el marco de aluminio y tuvo la sensación de que irse caminando era mucho mejor que subir a ese camión y justo encima de la cabeza del conductor (un hombre de unos treinta cinco años, con el pelo lleno de canas y con entradas que hacían ver su frente demasiado grande y ancha, sus ojos mostraban impaciencia pero sus labios mostraban una sonrisa cínica y aburrida que rompió cuando hablo.

–Vamos chico, el pavo no dura caliente toda la noche–dijo y Ryan sintió como si le estuviera diciendo que si no subía a ese camión en ese instante lo subiría el mismo, armándose de valor y tomando las bolsas que había dejado debajo de donde estaba sentado se subió al autobús y las puertas se cerraron con un chillido y un golpe amortiguado por las protecciones de plástico que tenían en los bordes, paso la tarjeta del camión, por el lector una cruz del lado izquierdo le negaba la tarjeta, la paso varias veces hasta que apareció ¨Sin crédito/s suficientes¨ y el conductor lo miro con duda en sus ojos pero sin dejar de tener esa sonrisa que lo empezaba a fastidiar.

–Chico, ¿la tarjeta tiene pases o no tiene?  Si no tiene baja tu culo musculoso por esas escaleras y camina por la ciudad a la polziga que llamas hogar–dijo un tanto molesto y abrió las puertas del autobús con una palanca debajo del volante.

A Ryan le sudaba hasta el trasero y paso por ultima vez la tarjeta con manos temblorosas y húmedas, esta vez se puso una palomita verde son un sonido de piip y el sonido de las puertas chocar entre si volviéndose a cerrar, el autobús no estaba vacío pero tampoco estaba lleno o lo que se le puede considerar como lleno, al principio estaba un par de ancianas que platicaban sobre como sus hijos se ganaban la vida y sus esposas no sabían ni cocinar una hamburguesa como solo los americanos saben, luego del lado derecho un poco mas atrás de las ancianas había una pareja de adolescentes un tanto melosa, luego un señor que juraría que acaba de trabajar, del lado izquierdo por la misma altura del señor estaba una señora con un traje femenino que constaba de una falda, una camisa blanca y un saco negro encima de esta y unas mallas demasiado delgadas que se pegan a su piel como otra piel mucho mas tersa y oscura, después había asientos vacíos y luego hasta el fondo estaban dos señoras embarazadas y un niño en medio de estas que balanceaba los pies entreteniéndose viendo a los demás pasajeros.

Se sentó dos filas mas atrás del señor y puso todas las bolsas en el asiento vacío a lado de él.

Observo las calles oscuras y cubiertas de nieve y se pregunto cuanto espesor tendrá la nieve a la mañana siguiente y también si su hermano escucharía aquella banda de la que ni dios había escuchado, soltó una pequeña risita por el ultimo pensamiento y siento como el niño se le quedaba viendo fijamente pero no le dio importancia y siguió observando las oscuras calles por la ventana.

Vio a alguien en un callejón que le recordó a aquella sombra que le dijo que no se subiera al autobús y desapareció en la oscuridad, quiso bajarse para saber si era la misma persona (sombra).

Nunca en su vida había gritado tan fuerte en su vida y sentido tantas miradas molestas dirigidas a el, en su reflejo en aquel vidrio no muy limpio vio como el niño lo miraba y se le salían los ojos de sus cuencas mostrando como mariposas salían de aquellos posos en su cara y luego volvió a colocarse los ojos pero estaban  al revés y cuando volteo a verlo luego de soltar ese grito tenia los ojos normales, no vio señales de las mariposas, pero en el cristal se podían ver como pequeñas hojas de viola, tan pequeñas, de un color exuberante y eran hermosas, una se paro en su hombro, la vio en el reflejo del cristal, pero cuando volteo la cabeza para verla no estaba, sintió como sus alas le tocaban el cuello y luego un piquete volteo a ver que era y una viuda negra del tamaño de una bola de beisbol estaba en su hombro, como si fuera fuego, la aparto de si hombro haciéndola volar varios asientos mas adelante cayéndole en la espalda a la muchacha de la pareja haciéndose mimos.

–Psss– les hablo para decirles lo de la araña pero cuando ellos voltearon la araña ya no estaba y simulo estar tarareando una canción, pero su cara estaba roja de la vergüenza y a la vez un tanto blanca por las alucinaciones decidió sacar a su nuevo mejor amigo  J. R. R . Tolkien y empezar a leer donde se había quedado antes de subirse al autobús.

Las calles seguían avanzando por el vidrio, el no quiso verlas por miedo a que pudiera alucinar de nuevo y volviera a gritar como una mujer en tiempo de rebajas en su tienda favorita, soltó otra pequeña risita por eso pero esta vez no sintió la mirada de nadie.

Se quedo perplejo al ver que una hoja de su libro venia en blanco y solo tenia un párrafo escrito en mitad de esta, le entro pánico, le cambio de hoja y volvió a donde mismo para encontrar que el párrafo ya no estaba pero sin duda el mensaje se había quedado grabado en su mente y la piel se le erizo junto con los todos los vellos de su cuerpo.

¨Abordo del 316, las personas viajan sencillamente, de cualquier parada a cualquier lugar, viajan felizmente, sobre la Dotty, Dotty, a donde va Dotty lleva felicidad, lleva muerte y lleva dolor, pero sobre todo lleva felicidad, disfruta de tu ultimo paseo en un autobús que no sea la Dotty¨

¿Frank se habrá subido a este autobús? Se pregunto en ese momento, sabia que se le estaba olvidando algo antes de despedirse de el pero apenas se había dado cuenta de lo estúpido que era al no preguntar si se había subido.

Se fijo en las letras que había justo encima del parabrisas y leyó.

¨Dotty donde un viaje es mas que suficiente T-316 #366¨

Se pregunto si se había fijado en el amarino color de los faras que parecían espectros fantasmagóricos rompiendo la oscura tranquilidad de la noche y se recordó observando el tan común 316 del parabrisas y los lugares a donde se dirigía, alejo todos sus pensamientos y volvió la vista al libro.

Varios minutos después, agradeció tener el libro enfrente de la cara por que si no el golpe hubiera sido peor, el autobús había frenado en seco y todos se agarraron para no estrellarse contra los tubos de metales que estaban encima de los asientos.

–¡No llegaras a probar el pavo si no te fijas por donde manejas!–le grito Ryan al conductor y de nuevo todos lo volvieron a ver con cara de loco y casi grita cuando vio que tenían la boca abierta como si hubieran visto algo sorprendente y la mandíbula les hubiera quedado en esa posición para toda su vida.

Ahora volvió a gritar cuando de sus bocas salieron insectos, desde moscas hasta gusanos y vio como al señor que estaba a dos filas delante de el, caían uno de estos gusanos encima del otro par de asientos y como estos se arrastraban por el rojo Ruby de los asientos, volteo al ver a las dos mujeres y al niño y su boca se abrió al ver al pequeño como en el reflejo con los ojos blanco llenos de pequeñas venas rojas, y saliéndole de la boca mariposas y a las dos mujeres saliéndole una espesa baba blanca llena de abejas, el sudor se escurría por la frente de Ryan hasta las mejillas pasando por sus ojos y parecía que estaba llorando o quizá si lo estaba haciendo, cerro los ojos y cuando los volvió a abrir todos estaban volteados en su posición de espaldas a el, a excepción del niño y las mujeres que estaban detrás de el y miraban por la ventana.

Las manchas de sudor debajo de sus brazos le incomodaban y pensó que sus alucinaciones eran causadas por pasar tanto tiempo rodeado de libros de terror y que no había probado algo de comida desde ese desastroso y rápido huevo frito en la mañana hace doce horas, sintió ganas de vomitar.

Volvió a leer ahora con la cara amarilla por las nauseas, pero al no poder concentrarse.

Del frente del autobús las luces rosas de neón eran demasiado luminosas como solo el neón puede serlo, pero con un toque fantasmagórico, amarillo y gris, todo el camión parecía brillar como un árbol de navidad prendido en fuego, y de igual manera quitaba la esperanza, el ver como los regalos que tendrías a solo unas horas son quemados, sin consideración, un escalofrió recorrió su columna vertebral, no quería voltear, por el reflejo del vidrio y la oscuridad de la calle sabia que era en pequeño.

Giro lentamente la cabeza como si su cuello fuera el eje de un reloj y su cabeza la manecillas, sus ojos los números y el pequeño, el niño que espera pacientemente  toda la noche por abrir sus regalos.

En ese momento deseo no haber volteado, si alguien antes de subirse al autobús o antes de salir de casa le hubiera dicho que tomara mas en serio la hora y no se tardara todo el día, quizá le hubiera escupido en la cara por decirle ese tipo de cosas, ahora realmente le hubiera gustado escucharlo.

Su cabeza termino de girar y de pronto se escucho el chirrido de las llantas, el camión dio un giro en la calle, termino por voltear a ver al niño, trago con fuerza, su desayuno-comida reprimió un grito, era una calavera bañada en sangre con la boca abierta parecía una puerta, que conducía a lo mas oscuro de niño (del autobús) de si mismo, de su boca salió ¿una araña? No era muy parecido solo que eran los dos ojos, tenían patas de arañas tan largas como un lápiz, peludas y negras, tenían las patas negras y las pupilas azules (negras) que se abrían y cerraban como un pez cada dos segundos mostrando unos dientes que parecían sacados de la peor película de terror, uno salto a su cuerpo, como una liendre lo haría, odia sentir su peso en el pecho, no era capaz de sentir como el camión volvía a la normalidad y emprendía de nuevo su camino.

El ojo-araña con dientes de piraña camino por su pecho, su cuello, su barbilla, sus pómulos hasta sus ojos ¿Es que acaso no puede moverse? Esta aterrado, era su peor miedo hecho realidad, quizá el mas superficial que tenia, pero lo aterraba por que sabia que lo tenia.

¨Acércate, acércate el festival del horror comienza ahora, abróchate el cinturón, colócate bien los pantalones y no intentes escapar por que esta mierda esta apunto de terminar contigo¨

Se levanto exaltado en su asiento con el cuerpo lleno de sudor, con un poco de ¿saliva? No, vomito en su camisa, el sonido seguía retumbando en su cabeza como si se hubiera quedado grabado para siempre en sus oídos parecían trompetas y campanadas al mismo tiempo, era aterrador y sintió el peso y las patas de algo en su nuca, llevo sus manos a la nuca y sintió como una sensación de deja vú lo zarandeara, tomo al animal en su mano y este le mordió, entro en pánico podía sentir su cara blanca como el papel y antes de abrir la mano volteo a donde estaba el niño pero ya no estaba en ese lugar ni en el camión, suspiro y abrió la mano.

Nada, no había sido nada, ¿cómo era posible? Había sentido como algo lo mordía en la mano, no le dio mas importancia y le hecho la culpa al hambre y las nauseas,  regreso a su libro, pero este estaba debajo del asiento de la fila delantera ¿Cómo había llegado ahí? Se pregunto mientras se agachaba a recogerlo, tomo el libro y cuando volvió su vista estaba el niño sentado a su lado, grito y estaba seguro que su grito lo debio de haber escuchado hasta el camionera que traía orejeras, pero sin embargo nadie volteo a verlo y cuando se fijo de vuelta en el asiento no estaba, el pánico lo invadio.

–¡ES SUFICIENTE!–grito, no se detuvo por sus cosas quería bajarse del autobus y nunca jamás volver a verlo, se levanto de su asiento, estaba justo delante de la puerta trasera, así que no era mucho problema, pero la puerta solo era un dibujo, el timbre una ilusión y su pánico totalmente real.


¨Acércate un poco mas bomboncito, la Dotty te susurra como terminar con todo esto¨

la voz resonaba en su cabeza, una y otra vez (Dotty, Dotty, Dotty, ¡DOTTY!) como si se acercara, como si cuando llegara a su destino todo llegaría a su final, incluso su vida o eso creía.

Todos los pasajeros se levantaron, como impulsados por un resorte en los asientos y hablaron al mismo tiempo, como la multitud enardecida que busca explicaciones, su voz era la misma, potenciada por todas las personas (8 personas) su voz era gruesa, como si todos ellos estuvieran tragando papel y una de aquellas bolas se le quedara en la garganta.

–En un principio todo era rosa, rosa y morado, las fosforescencia abarcaba el todo–todos levantaron las manos al techo o quizá a la luz rosa fosforescente (Realmente nadie lo sabe)como si estuvieran alabando a la nada o quizá al todo.

–La maquina fue dotada de esta luz (nuestra luz), cerniéndose sobre las cabezas de las personas, esperando, matando de poco a poco y soltando sus cadáveres en las calles como si fueran bolsa de basura y realmente lo son, todos ellos (humanos) son basura–soltaron una carcajada como si fuera un robot (JA.JA.JA.JA.JA.KA)–¡AHORA TU TAMBOEN TE UNIRAS A ESTE BAILE DE MIERDA¡–Todos volvieron a sentarse, pero su corazón enardecido de miedo y pánico seguía latiendo como loco en su pecho, esta que se salía, hasta podía ser un ataque al corazón y corrió, por el pasillo.

Corrió, ¿Por su vida? ¿Por su libertad? ¡Por su cordura! Por todo lo que conocía y sabia, corrió hasta la puerta de adelante, el miedo se acrecentó, el chofer no estaba, nunca estuvo, ¿Quién era la persona que le observaba pasar la tarjeta una y otra vez? Se acordaba que otra persona entro después que él pero cuando lo busco con la mirada no había nadie, que no hubiera visto una vez que él subió.

El volante se movía, como loco, lleno de furia e inteligencia, los pedales del freno y velocidad, subían y bajaban cuando debían hacerlo, la maquina se controlaba sola, ¿Quizá todo fuera un experimento del gobierno? Ellos tenían planes para hacer un mecanismo que los autos se manejen solo ¿Pero los noventa, era demasiado pronto para tener esa tecnología.

¨Bien pensando, bomboncito pero estas equivocado, no soy ninguna maquina de tu gobierno soy la maquina del infierno, recolecto las almas de la basura que sube a mi estomago, estoy hecha del acero mas maldito que puedas ver en tu vida, soy el demonio que controla a los humanos, controlo, la vida y ahora que estoy viva ¡NADIE PUEDE PARARME!¨

LA voz dentro de su cabeza, se estaba regocijando de que se estaba volviendo loco, pero ¿Cómo no volverse loco, en ese autobús? (¿Dotty?) intento conversar con ella, con la maquina o la voz de su cabeza quizá era lo mismo, pero no contesto a ninguna de sus preguntas o a su hola, llenas de miedo y enojo.

–Eres una maquina grosera, pero eso ya lo sabes, por que estas hecha del mas asqueroso metal barato que la tierra produce, eres tan poca cosa que tu precio es de cincuenta centavos, no tienes otra que hacer mas que llevar humanos, ellos te crearon y ellos te dieron la inteligencia con la que tu tanto aplastas a tus bolsas de basura humanas, pero no seré el siguiente en ser tritura por tu estúpida venganza o diversión sanguinaria de eso–Su voz al principio salió un torpe, llena de miedo y estupidez, por que todo lo que dijo era estúpido por dios le estaba hablando a una jodida maquina que bien y podría ser que el se estaba volviendo loco, tan loco como tía abuela Kristine, que decía que las cosas le hablaban, que nos querían matar, y que lo harian solo faltaba la ¨Luz¨ que les diera vida.

De esa manera su familia de su tía Kristine, por que una vez que una manzana se pudre mas de la cuenta, su olor putrefacto es como la onda de una bomba, y toda esa locura podía haber dejado mella en la familia y quedar toda loca (O mas cuerda que antes).

Pero así como el aire llega a tus pulmones, la onda expansiva de locura llega a tu mente, otras personas quitan el gancho de la granada y se deja llevar por sus intentos suicidas para explotar cerca de donde están mas personas ¿Por qué irse solos, si te puede llevar a decenas?  Todo cambia dependiendo de tu visión pero ahora Ryan, estaba sintiendo como toda su cordura y la locura y el pánico reinaban su cabeza.

Las personas volvieron a levantarse, pero esta vez no se quedaron parados como estatuas parlantes clavados en el suelo, no esta vez caminaron, se acercaron a Rick, y otra vez el sonido de la trompeta-campana sonó en su cabeza, tal vez no era una trompeta, o una campana era el sonido de sus neuronas tratando de analizar todo eso y al no poder se están muriendo con ese sonido, por que es lo único que mas sentido tiene en su cabeza.

Pero hay algo que no esta viendo, que faltaba cuando sonó por primera vez (Piénsalo chico o tu culo quedara sentado en la misma posición hasta quedar en los huesos, y eso no es nada bueno), lo pensó, pero no se le ocurría nada, ¿que faltaba?, ¿que había cambiado?, ¿que no estaba?, el chico, no estaba el chico una vez que se levanto con el sonido, aunque después lo haya visto en una alucinación y ahora también había desaparecido otro pasajero ¿a dónde se iban? Y la velocidad del autobús parecía bajar.

Todo era tan extraño, cada pregunta que aprecia en su mente, desaparecía con una respuesta que no podía procesar del todo y dos preguntas mas aprecian, su mente humana estaba tomando las maletas, pagando el ultimo alquiler de su cabeza y tomando un camión directo a la locura ¨No me pagan lo suficiente para hacer esto¨ aunque el no sabia que le pagaba.

Las personas se acercaban y una de ellas lo toco y el sonido de nuevo sonó y la persona desapareció, no, no desapareció se había hecho polvo, por que eso es lo que era desde hace demasiado tiempo, era como una paradoja, si dejas el cuerpo de alguien en un lugar que es capaz de mantener con vida (moviéndose) el cuerpo tardara mas en pudrirse o quizá nunca lo haga, el camión también estaba muy bien equipado con inteligencia capaz de producir alucinaciones, efectos para salir de la realidad, quizá la puerta no estaba dibujada pero si cerrada, todas las preguntas se fueron cerrando una a una.

No era un experimento del gobierno, era un experimento humano-demonio por que solo algo que esta hecho de una paradoja, solo puede ser creado por una combinación igual de grande que la paradoja, que no solo mantenía vivos los cuerpos, los movía, los hacia hablar como si estuvieran poseídos, pero es que si estaban poseídos y solo el toque de algo que fuera lo bastante significativo para romper la paradoja podría terminar con los cuerpos que la alimentan.

Se había dado cuenta de cómo aquella persona o alucinación lo había tocado, y se había un montón de polvo amarillento oscuro, color que solo los huesos viejos y triturados pueden tener, como la bilis que se pega en el suelo y se seca hasta desaparecer, el polvo de huesos, se movía por su cuenta hasta el fondo del autobús, y en el camino se quedaba pegado en las paredes de aluminio, que estaban llenas del mismo polvo, llevaba demasiado tiempo matando gente, gente que no sabia que era todo aquello, que no sabia lo suficiente como para entenderlo pero el no seria de esas personas.

Pero no puedes esperar, ser la orna del zapato de una maquina que lleva demasiado tiempo andando, que tiene el poder de una paradoja, que no teme llevarse a los niños, mujeres embarazadas o ancianos, Es como tratar de comerte un zapato cuando eres una hormiga, sin compañía muy poco puedes hacer.

Empezó a tocar a las personas y el sonido se hacia mas grande y mas fuerte cada vez que tocaba a una, eran los gritos de la maquina ensordecedores, lastimosos, moribundos, su vida realmente había encontrado a la hormiga que pudo comerse el zapato.

Después de tocar a la ultima persona, la puerta trasera se abrió, como si lo hubiera estado esperando desde hace demasiado tiempo, como si supiera que el seria el primero en escapar, pero ¿no podía terminar todo tan fácil? O tal vez si, no le importaba corrió, casi con los mocos y las lagrimas de fuera lleno de felicidad desbordante que un corazón libre puede otorgar, que solo un corazón con verdaderas ganas (motivos) de vivir puede latir y mostrar tanta felicidad por hacerlo.

¨Kristine fue igual de estúpida que tu, creen haber derrotado a la maquina solo por su inteligencia superior a los bastardos que sube a mi no, se equivocan soy superior, soy la bastarda maquina de dios y nos volveremos a ver de nuevo y esta vez nunca saldrás¨

Salió por la puerta enardecido de felicidad y un poco de miedo, estaba a solo dos calles de su casa y las corrió, las corrió con su corazón lleno de felicidad y confusión, pero corrió y corrió, vio la casa de la señora Mcallister, de los Gordon, de los Princeton, de los Sharders, todos ellos que eran sus vecinos y nunca estuvo mas feliz de ver los espantosos rosales que su madre había colocado meses antes, o el horrible perro de la señora Chambers, y que dios lo maldiga por estar feliz de ver a su tonto y torpe hermano menor.

Cruzo el umbral con el corazón en la garganta, la respiración agitada, su pelo despeinado, su mano alcanzo el pomo, lo giro con rapidez, abrió la puerta aventándola y esta choco contra la pared, pero no se percato del sonido metálico que la puerta hizo al chocar contra la pared, se adentro casi de un brinco dentro de su casa y entonces la puerta se cerro, con un sonido sordo, volteo a ver la puerta que se había cerrado sola, pero era la puerta del camión, no quiso girarse, tuvo miedo, podía sentir a las personas detrás de él, trago saliva y escucho de nuevo la voz

¨Nadie escapa de la Dotty, ni tu ni Kristine, ni ninguna bolsa de mierda, que se hacen llamar humanos, por que soy la Dotty y solo un viaje es mas que suficiente¨

Se imagino la voz riendo de su estupidez por creer que estaba libre, por correr en sus sueños, disfrutando de la desilusión y su miedo y claro también de lo estúpido que había sido por creer que había escapado, se volteo lentamente, esta vez no había solo un puñado de personas, esta vez eran decenas, todas arremolinadas enfrente de la puerta con las manos alzadas al techo, como rogando, rogando para poder matarlo con el consentimiento del poder superior, vio a su tía en el camión con las manos alzadas, vio al chico con su ojo-araña en la boca, vio a la pareja, al constructor, un montón de personas que no había visto antes, todos ellos se acercaron a el, tomaron su cabeza como si fuera un huevo y lo estrellaron contra el cristal de la puerta del autobús rompiéndolo, destruyendo su cabeza por completo.

La noche era lluviosa y fría, habían pasado días de los accidentes de Ryan, el camión siguió su camino, consumiendo su esencia poco a poco, volviéndolo huesos para después convertirlo en huesos, quizá estaba muerto, pero no lo sentía, era como estar nadando en un rio, cubierto por maleza, lleno de flores negras que absorben la luz blanca que emana del cielo, era demasiado pacifico y oscuro estar muerto.

Las puertas se abrieron y entro otra persona, el quiso, advertirle que corriera, que escapara y volviera a bajar, pero no lo hizo, no podía.

¨Mi vida no puede ser mas afortunada¨

La voz exclamo llena de felicidad y euforia, como el niño que acaba de recibir una consola de videojuegos o su deseo mas profundo, levanto la mirada o quizá fue la maquina quien le hizo levantar la vista y le aterro lo que vio, era mentira, todo era un sueño, una horrible pesadilla de la cual se levantaría, pero no era cierto aquel pensamiento, todo estaba pasando y el estaba viendo a su hermano revisando los asientos rápidamente con su vista, localizando donde sentarse, lo vio, sus ojos vieron la sorpresa de su hermano y el menor vio el miedo del mayor y este simplemente lo ignoro igual ya estaba muerto.


¨La Dotty, por que solo un viaje es suficiente… para matarte a ti y a todos que tengan el valor enfrentarse a su malvado interior¨

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